PERFIL DISPERSO VS. QUE HAGA DE TODO


Años atrás la gente creía que una persona que se dedicaba a “equis” trabajo o estudiaba “equis” materia, era “equis” cosa, y no había más. Movidos entre otras cosas por el carácter indefinido de los contratos y la poca temporalidad que sufrían los trabajadores, era bastante lógico pensar así.

Poco a poco eso ha ido cambiando y actualmente la temporalidad es lo “normal” para la mayor parte de la población. Además, de que hayan aparecido nuevos sectores y profesiones. Por todo ello, entre otros factores, muchas personas se ven en la tesitura de tener que cambiar de trabajo cada “poco” tiempo y muchas veces también el ámbito en el que se desarrollan sus funciones.

Por supuesto esto sería muy complicado sin la formación. Y es que antes también ocurría algo diferente en cuánto al estudio. Quien estudiaba “algo” trabajaba de ese “algo” o relacionado con ello. A nadie se le ocurría pedir a una persona que tuviese dos carreras, máster, postgrados o ciclos, o cualquier mezcla de ello. Que supiese de programación informática y también de contabilidad y creación de páginas web, o cualquier otra mezcla que hace años a cualquier persona le hubiese parecido una auténtica locura.

Nos hablaban siempre de la “especialización” y todos sabemos que a día de hoy y desde hace años se piden perfiles “polivalentes” o lo que viene siendo “que valgan para todo”. “Para el roto y el descosido”, que se suele decir.

Hace años de un perfil multidisciplinar se diría “que no se centra”, “que parece que no lo tiene claro”, “que es un perfil muy disperso”, etc. He visto circular por las redes un video en el que ponían el “curriculum” de Leonardo Da Vinci a varios reclutadores/as para pudieran seleccionarlo, alguien decía que lo contrataría aunque no sabía bien para qué y los demás decían que no, que estaba “muy perdido”… Un genio como él, perdido… En fin…

Quizás los que están bastante perdidos actualmente sean los reclutadores, y supongo que es normal. Te dice un/a responsable de departamento: “quiero a alguien que haga esto, pero que también sepa de tal y si puede también hacer cual, mejor, que así lo compartimos con el otro departamento y ahorramos costes”… Se oye una voz que dice: “y de paso que sea menor de 30 en garantía juvenil”… ¿Qué herramientas les dan para buscar alguien así?

Hay dos cosas que siempre me he preguntado. La primera nos ha pasado a todos en nuestros comienzos, si alguien no tiene experiencia en “equis” sector o materia y quiere dedicarse a ello porque le gusta y se ha formado para poder desarrollarse en esa profesión ¿cómo va a conseguir la experiencia si en todas partes quieren a alguien que ya la tenga? Respuesta: generaciones que se quedan por el camino…

La segunda pregunta que me hago pasa cuando se quiere recomenzar tras un periodo de carrera profesional. Es decir, alguien que se ha dedicado a “equis” profesión y que quiere o se ve forzado por las circunstancias del mercado o de la vida a cambiar de sector o de profesión en sí misma. ¿Cómo va a saltar la barrera de no tener experiencia en muchos casos añadiendo la barrera de no ser menor de “equis” edad? Respuesta: generaciones que se quedan por el camino…


Viendo los programas de entrevistas de Iñaki Gabilondo a científicos y humanistas de todo el mundo: “Cuando ya no esté: el mundo en 25 años”. Alan Weisman explicaba que cuando dos personas tienen hijos (dos hijos o uno) y se replican por tanto a sí mismos, no se produce ninguna complicación para el trabajo futuro, unos se sustituirán por otros. Sin embargo, en diferentes periodos de los años 60, 70 y 80 hubo unos fuertes "booms" de natalidad que generaron más personas de las que el sistema podía soportar y ahora se ven las consecuencias. Mucha más población para menos trabajo. Que genera peores salarios ya que sobran trabajadores. Etcétera…

Todo el mundo con artículos preocupándose por si en el futuro la tecnología nos deja sin trabajo, sin preocuparse ni lo más mínimo de qué soluciones poner al presente para la falta de trabajo que se lleva viviendo tiempo. Y no me vale simplemente eso de: “genérate tu propio empleo”.

El problema no serán las máquinas, sinceramente creo que se generarán nuevos empleos y que la natalidad se ha reducido lo suficiente en las últimas dos décadas para que no haya tantas personas para el mundo del trabajo futuro. El problema seremos, somos y fuimos siempre nosotros. Quizás en lugar de buscar trabajadores que hagan el trabajo de tres se deberían contratar a tres personas, así minoraríamos el número de esas generaciones que se quedan por el camino.

Un saludo,
Esther Varela

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